lunes, 7 de julio de 2014

“Créate la fama y échate a dormir”

La ideología, está de moda. Basta con echar un vistazo a la sociedad que nos envuelve para afirmar esta frase. Hay afirmaciones que nada tienen que ver con la orientación política pero que sin embargo no están bien vistas para ciertos colectivos o sectores, un ejemplo claro de ello se vive en nuestra localidad, está claro que en muchas ocasiones, por desgracia, no se palpa la pluralidad democrática ni se lleva a cabo un debate democrático, por el contrario, cuando se expone una idea algo “distinta” a ciertos colectivos y/o personas individuales, se desvirtúa tu opinión y se produce un “efecto etiquetaje” inmediato.

En ocasiones, confundimos ciertas tendencias tildándolas con adjetivos como “fascismo” o “nazismo”. Algo que hoy en día está más que denostado pero en boga para mucha gente sería confundir ser católico con fascismo, o incluso la simpatía con la monarquía.
Alba Jiménez


No digamos cuando se habla de unión territorial, o cuando se defiende la igualdad entre todos los españoles, un ejemplo de ello serían las barreras lingüísticas que nos encontramos en todo el territorio nacional en cuanto a sistemas de oposiciones que exigen un nivel medio del idioma de la Comunidad Autónoma. Señores, si se está en posesión de un título universitario a nivel estatal, que además literalmente expresa “con validez para todo el territorio nacional”, ¿por qué exigen a un opositor aprender la lengua de la CCAA para poder desarrollar su vida laboral? ¿Quizá es un problema pedir simplemente igualdad entre todos los españoles? o ¿quizá es un disparate rogar la unificación de competencias entre CCAA?
Esto es algo que en países más avanzados de Europa no se tilda de tal manera.


Cuando alguien se presenta como una persona “de izquierdas”, se le encasilla inmediatamente como alguien progresista, adaptado a los tiempos que corren y sobre todo, defensor de lo público, pero esto no es así en todos los casos, un curioso dato es que en el año 2011, el gobierno socialista de José María Barreda destinó 99 millones de euros a derivar pacientes a la Sanidad privada, pero “aquí no pasó nada”.
Pero por supuesto estas hazañas protagonizadas por el Partido Socialista, aunque no se quedan cortas, quedan respaldadas por las barbaridades que está cometiendo la derecha en nuestro país, un ejemplo de ello es un tema que ocupa la actualidad de ahora, el aborto.

El tema del gobierno actual y el aborto, es para echarnos las manos a la cabeza, al gobierno de los recortes le importa muy poco la capacidad de la mujer para obrar libremente como tal, sin duda son los grandes responsables de la merma de los derechos que tenemos como seres humanos, y por supuesto como mujeres.

Otra cosa espeluznante, de nuestro actual gobierno del Partido Popular, es la mezcla del poder religioso con el poder político, no se sabe desprender de los convencionalismos católicos tradicionales. Aunque esto es algo que ningún gobierno en España ha sabido modificar, UPyD es un partido radicalmente laico, que se desprende absolutamente de toda ideología religiosa y no pretende por supuesto, favorecer a la iglesia católica con dinero público.

Como ciudadana española, me parece deleznable la soberanía del Rey al Papa, la imagen de un Jefe de Estado besándole la mano a otro Jefe de Estado, en este caso al Papa, es terrorífica, cuando debería comportarse por igual.
Partimos de la base de que UPyD es un partido de ideas, no de ideologías. Las que han sido las tres fuerzas políticas mayoritarias (PP, PSOE e IU), tienen ciertos clichés ideológicos de los que no son capaces de desprenderse.

“Las ideologías se hicieron para servir a las personas, pero no para que las personas sirvan a las ideologías”.
Otro ejemplo de esto último es la ideología radical del PP, partido que por cierto, nunca ha sido ni es pro referéndum. La derecha prescinde de la representatividad popular, considera al pueblo no como ciudadanos, si no como algo menos, por ejemplo siervos. Prueba de ello es su empeño en no escucharnos a través de un referéndum que demandan 11.000 firmas.

Algo curioso, que despierta mi asombro, es la defensa a ultranza de la derecha hacia las instituciones privadas, sin embargo, curiosamente todos ellos son funcionarios públicos sin experiencia alguna en el sector privado (salvo sus cónyuges, como el caso de la señora Cospedal): Abogados del Estado, notarios, inspectores de Hacienda, Fiscales… y un sinfín de puestos públicos que estamos pagando todos los ciudadanos. En cambio ellos, en lugar de solidarizarse con el sector público, mete el “tijeretazo” a este colectivo, y no les tiembla la mano al recortar a un trabajador de correos, a un policía, bombero, profesor o médico.

Vivimos en una democracia donde tenemos la oportunidad de cambiar las cosas y acabar con los clichés ideológicos que más que ejemplarizantes, son costumbristas y anodinos.


Alba Jiménez

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